Los inmigrantes nunca tienen las mismas experiencias de la niñez. Nada se siente «normal» como inmigrante. Desde la manera de formar entablar nuevas amistades, o madurando rápidamente. Por lo general eres visto como un marginado y te tratan diferente, no te ven como un niño cariñoso que quiere jugar y disfrutar; lamentablemente esa es la realidad. 

Las experiencias que tenemos durante nuestra infancia impactan nuestra adultez. La pérdida de la niñez es como perder parte de tu alma, sin eso no podrás desempeñar un papel en la sociedad como los demás. Esto puede tener grandes consecuencias, ya que aumentan las probabilidades de padecer problemas de salud mental en el futuro, debido a la falta de amor y felicidad en la infancia. 

Sin embargo, la felicidad durante la infancia no es solo gracias a los amigos y a la diversión, ya que la familia es lo más importante. Lamentablemente, no todos los niños tienen una experiencia positiva en ese aspecto; puede ser por los problemas que vienen arraigados a la inmigración, a la separación de la familia o problemas personales. Por naturaleza, los humanos son egoístas, especialmente en las primeras etapas de nuestras vidas y esto puede llevar a causar resentimiento. Los niños inmigrantes sienten este egoísmo al alejarse de lo que han conocido como su «hogar», su falta de conocimiento automáticamente los lleva a culpar a sus padres por eso y sentir resentimiento hacia ellos. La salud mental es impactada negativamente Si no existe una buena relación entre los niños y los padres, esto repercutirá negativamente en la salud mental de los primeros.

Sin embargo, hasta en los momentos más difíciles se puede encontrar esperanza y una salida. Aunque pueda parecer que la inmigración solo causa pena, hay cosas buenas también. Por ejemplo, puedes desarrollar y perfeccionar tus habilidades sociales que sirven para tener éxito en tu carrera en el futuro, probablemente porque necesites ser traductor para tus padres y no tener el privilegio de que ellos te resuelvan tus problemas. Además, los jóvenes inmigrantes maduran más temprano que los jóvenes que no lo son. 

Lamentablemente, no hay una única solución para este problema. La inmigración es importante, ya sea por la seguridad, carrera profesional, educación, etcétera. Además, no se puede cambiar la naturaleza humana y sus sentimientos. Sin embargo, hay algo que sí se puede hacer para ayudar a estos niños a vivir una niñez normal: Acéptalos, trátalos como cualquier otra persona y ayúdalos, porque al final, todos somos humanos. 

Juan Luis Martinez Arnaz